El gran escritor en lengua castellana Miguel de Cervantes vivió en la madrileña calle Huertas, en el Barrio de la Letras, corazón del Arte, la Bohemia y el Ocio de la capital de España. Tras las últimas investigaciones, a falta de la prueba de ADN, todo apunta a que los restos hallados en el Convento de clausura de Las Trinitarias de Madrid son del genial autor.
Seguir los pasos de Miguel de Cervantes en Madrid es la alternativa más apasionante para los turistas procedentes de todos los rincones del mundo. Ofrece la posibilidad de descubrir un Madrid visto desde el mismo ángulo que tuviera el ilustre escritor.
Cervantes es el autor más grande de la literatura mundial sólo equiparable a Shakespeare. Dos genios sobre los que el escritor francés Víctor Hugo difundió el error de que habían muerto el mismo día, el 23 de abril de 1616. Equivocación que se debió a una confusión en el calendario de los británicos.
Las huellas dejadas en Madrid por el escritor más importante de todos los tiempos en lengua castellana son intensas, algunas aún poco conocidas y todas verdaderamente valiosas tanto para los turistas de habla hispana como para los procedentes del resto del mundo. Cervantes vivió y murió en Madrid, tras nacer en Alcalá de Henares, la legendaria ciudad universitaria situada junto a la capital de España.
El Barrio de las Letras
Este divertido viaje costumbrista por Madrid arranca en El Barrio de las Letras, escenario de buena parte de la existencia del escritor. Se conoce con ese nombre tan sugerente porque allí también moraron los autores más importantes del Siglo de Oro de la literatura castellana: Lope de Vega, Quevedo, Góngora…
Cervantes habitó concretamente en el número dieciocho de la calle Huertas, la más bohemia de la ciudad, situada en las cercanías del Palacio de las Cortes o Congreso de los Diputados y de los tres grandes museos de Madrid: Prado, Museo Reina Sofía y Thyssen- Bornemisza. La concentración de arte más importante de todo el mundo.
El visitante debe pasear tranquilamente por Huertas y sus alrededores: calle del León, calle de Lope de Vega, en la que murió el escritor, y la propia calle Cervantes. Debe saborear sus numerosos cafés, tabernas y restaurantes, donde se fusiona el aroma inconfundible del Siglo de Oro español con la vanguardia artística y creativa de la ciudad. Sin olvidar la lectura detenida de las citas de las principales obras de los escritores que vivieron allí y que se han reproducido en el pavimento.
Los restos mortales del escritor y la primera imprenta
En el Barrio de Las Letras, en la calle Lope de Vega, descansan los restos mortales del escritor, en el número dieciocho, en el Convento de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso. Convento de clausura que se ha convertido en centro de peregrinación para los estudiosos de Don Quijote, pasando a ser más conocido como “Las Trinitarias de Cervantes”.
El escritor fue enterrado en aquel lugar, junto con su esposa, con humildad, vestido con un tosco sayal. En dicho convento también residió su propia hija, recluida en clausura. La visita permite contemplar un retablo barroco dedicado a San Ildefonso.
Desde El Barrio de las Letras se camina, sin esfuerzo alguno, hasta el punto en que se alzaba la Imprenta de Juan de la Cuesta, en la que se imprimió la primera parte de Don Quijote de la Mancha hace cuatrocientos años. Se encuentra ubicada en la calle San Eugenio, esquina con la bulliciosa, comercial y pintoresca calle de Atocha. Una placa recuerda la impresión del manuscrito comprado por el editor Francisco de Robles que no tenía, por cierto, mucha confianza en el éxito de la obra.
El escritor y sus personajes en la Plaza de España
Don Quijote y Sancho Panza, personajes principales de la novela española más vendida de todos los tiempos, traspasaron pronto las fronteras para llegar a todo el mundo. Sus imágenes se inmortalizaron en uno de los espacios más emblemáticos de todo Madrid, la Plaza de España. En su centro se alza un grupo escultórico monumental, con Miguel de Cervantes sentado en compañía de sus creaciones literarias más importantes: el Hidalgo, su fiel escudero y la bella Dama Dulcinea del Toboso.
Este conjunto espectacular, muy frecuentado por los visitantes latinos, merece fotografiarse como recuerdo indeleble de Madrid. La Plaza de España es, también, entrada natural a dos de los núcleos más interesantes de la ciudad: Gran Vía, avenida populosa que reúne multitud de edificios históricos con algunos de los teatros más importantes de España; y el inigualable Palacio Real, con los impresionantes jardines del Campo del Moro a sus pies.
Un recorrido turístico inmortal que los turistas que llegan a Madrid pueden completar visitando la ciudad natal del escritor, Alcalá de Henares y adentrándose en las tierras castellano-manchegas donde se desarrollan las aventuras del caballero andante más popular de todos los tiempos.
Fotografías: Luis Medina