El islote de Lobos es uno de los atractivos naturales más interesantes de Fuerteventura. Este espacio casi virgen permite realizar rutas de senderismo, baños en playas de aguas turquesas y disfrutar de aves y flora singulares que rodean a un singular paraje volcánico. Desde Corralejo parten los ferrys que permiten llegar a este bello paraje prácticamente salvaje en apenas quince minutos de travesía.
Fuerteventura es un paraíso deseado para pasar unas idílicas vacaciones en la eterna primavera que se alarga durante prácticamente todo el año. Su paisaje árido se ilumina por el brillo de los inmensos arenales y dunas cuyos altozanos llegan hasta el océano y que parecen sacadas de una novela del desierto. El baño en la playa entre kilómetros de aguas cristalinas permite el descanso soñado.
En el norte de la isla, frente al pueblo marinero de Corralejo se divisa desde cualquier ángulo el islote de Lobos que dista únicamente dos kilómetros de Fuerteventura, y ocho de Lanzarote. Su peculiar nombre viene por la abundancia de focas monjes que antaño poblaban su litoral, y que bautizaron este islote por la similitud de esta especie con los lobos marinos. Lamentablemente este bello mamífero fue aniquilado por el hombre hace ya mucho tiempo y ya no se puede encontrar su silueta entre sus rocas. Una vez más el exterminio de una bella criatura que poblaba nuestro país, y que ahora únicamente vive en la memoria de la historia a causa de la insaciable vorágine humana de conseguir en este caso tanto su piel, como la grasa y carne. Unas proteínas muy valiosas que se utilizaban para alimentar a los navegantes que encontraban en el mamífero la despensa ideal para los largos viajes. Canarias, e islotes como Lobos, eran precisamente puntos de descanso, y aprovisionamiento en las largas rutas oceánicas.
De Lobos se puede resaltar la singularidad del entorno, y su peculiar fauna y flora que hizo de este roquedo uno de los primeros espacios naturales de las islas Canarias catalogado como Parque Natural en el año 1982. Posteriormente fue también nombrada zona de especial protección de aves, ya que allí reposan numerosas especies marinas y migratorias, como la pardela cenicienta, un pájaro que en tiempos también era cazado por el hombre. Además de la fauna, se pueden observar poblaciones de distinta flora autóctona a lo largo de su recorrido.
La lava, como en tantos parajes del archipiélago, asienta su particular huella en el paisaje creando un paisaje singular esculpido también por el lento cincel natural de los vientos alisios y el clima semiárido. Las escasas precipitaciones generan un horizonte seco, pero con especial encanto. La isla tiene su punto más alto en la zona de La Caldera que se levanta a 127 metros.
Desde Corralejo parten unos ferrys que permiten realizar una visita al islote permitiendo la típica visita de ir por la mañana o mediodía, y volver por la tarde. Hay que consultar las frecuencias ya que en invierno son menores, además que perder el último barco puede ocasionar un gran tropiezo. Lamentablemente el pernoctar allí, únicamente es posible en una zona de acampada regulada por el organismo de Medio Ambiente de la Comunidad del Cabildo de Fuerteventura. Para pernoctar en la isla hace falta un permiso del Cabildo de Fuerteventura, limitada la acampada a tres noches consecutivas. El periodo permitido de asentamiento se limita a los meses de veranos y algunos puentes o festivos. Pero es mejor informarse sobre este permiso en el número 928 861115.
Es indudable cómo Lobos sea un espacio a preservar y conservar, lo que provoca que la protección del entorno sea cada vez más estricta. Es lógico que para acceder a determinadas zonas como el techo de Lobos, ubicado en el cráter de La Caldera, sea necesaria una autorización especial, solicitada previamente en el mismo departamento.
Es un buen consejo para el visitante el prever provisiones, tanto de comida como líquidos o acudir al único restaurante ubicado en el pequeño pueblo marinero donde se proporciona un menú a base de pescado del día y paella. Atención de encargar mesa nada más desembarcar, pues sobre todo en verano puede haber lleno absoluto de hambrientos visitantes, y el horario de funcionamiento.
Un paraje idílico
La visita a la isla de Lobos es uno de los reclamos turísticos más interesantes de la naturaleza en Fuerteventura. La travesía que parte desde Corralejo dura apenas 20 minutos y permite contemplar bonitas vistas del mar Canario desde la barandilla del barco. Ya en la isla, la playa de La Concha es un lugar recogido, natural y aún salvaje donde es un placer o privilegió bañarse entre aguas cristalinas turquesas. Los amantes del senderismo tienen varias rutas bien señalizadas hasta distintos puntos como el volcán del monte de la Caldera, faro de San Martiño, Las Lagunitas…casi cinco kilómetros por caminos de tierra bien señalizados a lo largo de las 470 hectáreas de la isla, y algo más de 13 kilómetros y medio de perímetro. En total, unas tres horas de senda para recorrer toda la isla donde no se puede desviar del camino señalizado para proteger la fauna y la flora del paso de los visitantes.
Para preservar los encantos de la isla del impacto humano, y permitir su visita al limitado número estipulado, las distintas áreas se divide en varias zonas clasificadas como uso general, moderado o restringido, teniendo que respetar las señales al respecto durante el camino y no introducirse en la áreas preservadas.
A tener muy en cuenta que en Lobos el sol azota con especial fuerza, por lo no hay que descuidar una crema solar de alta protección, gorra y llevar bebida suficiente. Si el propósito es refrescarse en la playa y tomar el sol unas horas en el bello arenal, tampoco hay que olvidarse antes de embarcarse de una sombrilla de playa o paravientos, puesto que la sombra es todo un lujo en el islote.
Los barcos “Celia Cruz” y “Majorero” incorporan en la parte inferior del casco unas cristaleras submarinas que permiten contemplar los fondos submarinos próximos al islote, siempre que previamente al embarque el turista se acoja a este servicio especial que se realiza a determinadas horas. Es de gran impacto el observar desde las ventanas sumergidas del buque el vivero de peces que acuden cuando un submarinista les tira pedazos de pan. Una experiencia muy interesante que únicamente supone un pequeño suplemento de precio en el billete de la travesía y que permite contemplar la variedad de pescados que rodean este litoral.
Datos prácticos
Los amantes de la pesca deportiva tienen en los alrededores de Lobos un paraíso donde capturar variadas y grandes especies. Desde Corralejo se puede embarcar en un chárter conocido como “Pez Velero”. El barco está tripulado por auténticos pescadores profesionales del pueblo que conocen los mejores pesqueros como la palma de su mano. Según temporada y técnica se pueden capturar distintas especies de túnidos, escualos, petos, sargos, brecas, sama, jurel… Sin duda el mejor servicio de pesca deportiva de la zona, con expertos pescadores. Teléfono de Información: 609 243 181
Quienes quieran contemplar a lobos marinos como los que antaño poblaban Lobos también pueden visitar el parque de ocio y aventura “Baku” ubicado en Corralejo. En el acuario se ofrece la posibilidad de disfrutar de las habilidades de estos bellos mamíferos, así como compartir un baño con ellos en la misma piscina en el servicio conocido como experiencia animal, además se poder refrescarse en el gran parque acuático de este gran complejo de ocio.
Información sobre barcos que parten a Lobos en el teléfono 616 986 982 (Jonay)
Datos prácticos
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