Los viajes duran un pequeño espacio de tiempo, pero los recuerdos son para siempre. Esta es la base del éxito de los álbumes de fotos. También de los póster personalizados.
¿Qué le regalo a mi mejor amigo por su cumpleaños? Si llevas a su lado toda la vida, cada vez te costará más dar con el regalo adecuado. Y es normal. Ya no solo porque te quedes sin ideas, sino porque llega un momento en que ese mismo amigo tiene el dinero suficiente como para comprarse todo lo que necesita.
Pero para eso estamos nosotros aquí. Para enseñarte que hay cosas que a él le hacen falta sin saberlo y darte así también a ti ideas de qué regalos originales se te han pasado por alto estos años. Un ejemplo es un póster personalizado.
¿Por qué regalar un póster?
Los regalos materiales como la ropa, el maquillaje o los accesorios tienen cada vez menos éxito entre los jóvenes. Ya cualquiera puede hacerse con el último pantalón de moda o el móvil más buscado. Eso, al fin y al cabo, es «fácil» de conseguir puesto que solo hace falta dinero. Pero cuando hablamos de regalar, de un cumpleaños, de una boda… son momentos especiales que tienen que generar en quién los recibe algo que vaya más allá que un «gracias». Tiene que generar emociones, tanto el día que lo descubre como los que van después.
Para lograr ese objetivo, nada mejor que un póster (o varios). Una sencilla foto, cuyo tamaño puede llegar a 115 x 225 cm, y evocar alguno de vuestros momentos juntos más memorables. También puedes, si te parece buena opción, ir regalándole uno cada año con diferentes situaciones que hayáis vivido para que luego todo eso deje la pared preciosa y llena de recuerdos.
Otros regalos originales para destacar entre los invitados
El póster es, sin duda, la mejor idea. Pero si ya has dejado a tu amigo sin espacio en la pared, lo mismo hay que ir buscando alternativas que sean similares en cuanto al objetivo. Es decir, que evoquen recuerdos. Ejemplo de ello puede ser las cajas de lápices o los fundas para el móvil. Esta última es ideal para alguno de tus padres. Nada más emocionante para ellos que ver la cara sonriente de sus hijos cada vez que vayan a responder un mensaje o una llamada.
Imanes para la nevera. No se tú, pero yo tengo mucho vicio con eso de poner imanes en la nevera. No hay nada que me haga más feliz que ir a coger algo de comer y darme cuenta de la cantidad de sitios en el mundo que he recorrido. Aunque, si me paro a pensarlo bien, cuando veo esos imanes no veo la ciudad o el pueblo que he descubierto, sino que veo a la persona con la que lo hice. Por eso creo que es muy buena idea regalar a aquella persona amante de coleccionar imanes, uno divertido en alguno de vuestros viajes.
Puzzle. Los puzzles de fotografías son realmente originales, aunque hay que tener cuidado y saber a quién se lo das. No a todo el mundo le gusta pasarse horas intentando encajar piezas. Pero si aciertas con la persona, aciertas segurísimo con el regalo. Y es que luego, al enmarcarlo y colgarlo, queda con una esencia diferente que entremezcla el recuerdo, la persona con quien lo compartes y la diversión de haber pasando horas descubriéndolo.
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