Acaso resultara demasiado ambicioso el viaje de los viajes: dar la vuelta al mundo. Una opción que se presenta muy ambigua y no exenta de matices.
Por qué ¿Es posible realmente recorrer el mundo entero?
Frente a tan exagerada empresa, te proponemos, cuanto menos un viaje a Tailandia, visitar el continente africano, descubrir México, nuestras antípodas y un paseo por las ciudades europeas. Grandes viajes que te llevarán a visitar cada uno de los cinco continentes del planeta.
Y aun así, también esta segunda opción presenta sus debilidades. ¿Incluir la Antártica, sin infraestructuras adecuadas? ¿Desdoblar América en Sur y Norte? No obstante, no serán estos pormenores el mayor inconveniente al que nos enfrentemos; nos queda distribuir bien nuestro tiempo, proponer fechas y elegir los mejores destinos en cada hemisferio. Cinco viajes espectaculares y otras alternativas que nos llevarán a descubrir algunos de los rincones más visitados y admirados del planeta.
Partiendo hacia el continente asiático
Si nunca antes habías visitado el continente asiático, sin duda un viaje a Tailandia es una buena opción para este primer acercamiento. No en vano, este destino se encuentra entre los diez países más visitados desde mundo. Recomendables las visitas a las ciudades más importantes del país: Bangkok, Chiang Mai, Chiang Rai o Ayuthaya, en las que perderse por sus calles y mercados, dejarse asombrar por los grandes templos budistas, impregnarse de sus tradiciones y saborear el exotismo de su gastronomía.
Mas, fuera de las ciudades el país de las sonrisas, como se ha venido a denominar, presenta un escenario paisajístico y natural fuera de lo común con infinidad de islas y playas de exagerada belleza, como Ko Phi Phi, Ko Pangan o Ko Tao, hacia el norte, donde también se encuentra el Santuario de elefantes. Dentro de este patrimonio es posible realizar interesantes rutas de senderismo de varios días por la jungla y visitando sus pequeñas aldeas. En general es un destino económico y apasionante, con una cultura y costumbres admirables, donde se hace muy cómodo desenvolverse y hacer excursiones, incluso para los viajeros solitarios.
Tras la vuelta de un viaje a Tailandia, inevitablemente, queda en el ánimo del viajero la necesidad de posteriores grandes viajes por Asía, en el que sería acertado incluir, según gustos, las Islas de Indonesia o las lujosas Maldivas, Sri Lanka, la antiquísima Jordania, los Emiratos Árabes, Japón o China.
Por el continente negro
Aunque no sea Gambia el país más visitado, si es un buen representante del paisaje y paisanaje africano. Por lo que, sin necesidad de adentrarnos en hostiles o inseguros territorios, este podría ser nuestro primer contacto con el cercano continente. Es el país más pequeño de África, no obstante, por situación, el buen clima y sus playas se han convertido en destino vacacional para muchos europeos. En Gambia hay que conocer sus reservas naturales y las ruinas de antiguos centros de esclavos. Quien quiera extraer la esencia de Gambia debe tomar el sol en la playa de Serekunda, observar aves en la Reserva Natural de Abuko, visitar el lago sagrado de cocodrilos, descender el río Gambia y observar la flora y la fauna alrededor, probar el domodah, un guiso de cacahuetes con arroz o el benechin, arroz con una espesa salsa de pescado y verduras, regado con JulBrew, refrescante cerveza local. Solo algo no hay que hacer: silbar cuando ha oscurecido; es tabú.
El país se encuentra atravesado de este a oeste por el río Gambia que lo divide en dos partes. Cerca de su desembocadura se encuentra la Isla James, usada antiguamente como puerto de salida del comercio de esclavos y que está declarada Patrimonio de la Humanidad. En la Isla Jacobo o James, se conservan vestigios de la penetración europea en África, desde el siglo XV hasta la independencia del país. Un atractivo conjunto con la siempre amable sonrisa de las gambianas y los gambianos.
Entre otros, los destinos africanos que reciben el mayor número de turistas se encuentran Marruecos y Túnez. Pero son también países seguros y baratos Etiopia, Mozambique, Malawi, Marruecos, Sudáfrica, Egipto, Roatán o Senegal; y para gustos algo más exigentes las infinitas posibilidades de ocio, diversión y lujo que ofrece Isla Mauricio, destino hoy muy recurrido como viajes de novios.
Siguiendo los pasos de los descubridores de las Américas
La inmensa superficie entre océanos que se extiende desde Panamá hasta Tierra Fuego. Sin duda, su legado arqueológico y el patrimonio natural son su mayor tesoro. De entre todos los países, probablemente sea México el país más indicado para iniciar nuestro contemporáneo redescubrimiento de la América Latina. Precisamente es aquí, en México, donde tendremos oportunidad de contemplar algunos de los más valiosos vestigios de sus antepasados: las ruinas mayas de Chichen Itza, incluidas entre la selección de maravillas del mundo; o las de Tulum, de las más espectaculares por su ubicación frente del mar en la bellísima Playa del Carmen; y otras como las ruinas de Uxmal, Palenque, Tajín o Teotihuacan, estás últimas cercanas a DF son las más visitadas.
Por su privilegiada situación en la costa caribeña atrae al visitante por la belleza de sus playas, entre las que destacan las playas color azul turquesa de Cancún y Playa del Carmen, además de por sus espectaculares fondos marinos en las islas de Cozumel e Isla Mujeres. Respecto de los núcleos urbanos a incluir en el itinerario, además de su capital DF, las ciudades de Puebla y Oaxaca, ejemplos de las localidades de interior; y San Cristóbal de las Casas, pintoresco pueblo en el corazón de Chiapas.
Por su parte, la vecina América del Norte, aporta alicientes más urbanitas, para satisfacer los gustos de un turismo más de ciudad, como la cosmopolita Nueva York y su cinematográfico Manhatan, Chicago, Boston o los Ángeles, entre algunas de sus capitales de Estado a incluir en algunos de tus próximos grandes viajes.
Nuestras antípodas: Oceanía
Pudiera coincidir que por tratarse de nuestras antípodas más exactas fuera imprescindible conocer en primer lugar Nueva Zelanda, y dejar Australia para una futura estancia. Las dos grandes islas que forman el país de Nueva Zelanda se encuentran ubicadas en el enclave más privilegiado de todo el planeta, naturaleza en su máxima expresión, que evidencian la actividad de sus géiseres, el azul del mar, las zonas de montaña y su inigualable costa . Es por este motivo que actualmente sea un destino altamente demandado por los amantes del deporte de aventura y en contacto con la naturaleza: esquí en invierno, grandes rutas de senderismo, alpinismo, espeleología y todas las posibilidades para la práctica de los deportes acuáticos.
Imprescindibles las vistas del glaciar Franz Josef, en la isla Sur, el Mount Aspiring National Park y el volcán Taranaki; y para los amantes del esquí el Tongariro National Park, en el corazón de la Isla Norte. Y las llanuras de Canterbury, cuyas impresionantes vistas pueden ser observadas del singular y bellísimo pueblo de Mont Cook.
Y este impresionante escenario natural es el que contemplan, entre otras, sus dos grandes ciudades, Wellington y Auckland. Ambas conservan el ambiente de su heredada cultura maorí, en perfecta consonancia con su avanzado desarrollo urbano, desde el que ofrecen lo mejor en cuanto a actividades de ocio y animación: música en la calle, ópera convocatorias deportivas y un largo etcétera que mantienen las ciudades muy vivas durante todo el año.
De ciudad en ciudad por Europa
Por proximidad, el viejo continente nos posibilita planificar estancias cortas a cualquiera de sus históricas capitales de la historia y cultura Europea como Roma, París, Londres, Venecia, y tantas otras. Pero una ciudad que últimamente viene recibiendo los elogios del turismo es Praga, capital de la emergente República Checa.
Difícil no volver enamorado de la ciudad de las cien torres y en la que dicen que hay tres lugares en los que se conceden los deseos: uno bajo la estatua de san Juan Nepomuceno, el segundo es la iglesia de Nuestra Señora de las Victorias, y el tercero, también en el mismo puente de Carlos, al tocar las estrellas del atril deben formularse cinco deseos y sólo uno de cumplirá. Imprescindible tocar la cabeza que representa el perro, por la que también pasan la mano los turistas, esta vez para poder volver a Praga.