El 14 y 15 de agosto, quizá sean los días más esperados por los ilicitanos. Especialmente por hombres y niños, de quienes dicen que tienen facultades innatas para el canto. Algunos de ellos, por la tarde, se dirigen hacia la Basílica de Santa María, lugar donde representarán, El Misterio de Elche, única representación literaria y musical que sigue realizándose en su emplazamiento original. Sin duda es el acontecimiento del año en estas tierras rodeadas de palmeras.
A pesar de su belleza y de ser Declarado Patrimonio de la Humanidad, el palmeral de Elche no es el protagonistas en los veraniegos días en los que se celebra la Ascensión de la Virgen a los Cielos. Quizás las miradas se encaminen más al mar y en los recuerdos se vislumbre aquella arca que surcaba las costas de Elche donde apareció la imagen de la virgen un texto, el texto del Misteri, también denominado Festa.
Cierto o no, sin duda. el 14 y 15 de agosto, fechas en la que se representa este drama sacro-lírico, constituyen el acontecimiento más importante del todo el calendario cultural de estas tierras alicantinas.
Los últimos estudios datan esta obra de finales del medievo, aunque su primera noticia documental se sitúa en 1523. Esta representación literaria y musical conforma un caso único en el mundo cristiano, ya que fue la única representación permitida en un templo católico, gracias a una bula concedida por el Papa Urbano VIII, a pesar de las prohibición que estableció el Concilio de Trento que no permitía realizar representaciones en las iglesias.
Este drama sacro-lírico medieval escenifica la muerte y la asunción de la Virgen. En él se escenifica la muerte y asunción de la Virgen a través de un texto enteramente cantado. Toda la representación es cantada por hombres y niños ilicitanos. De éstos dicen que tienen cualidades innatas para el canto o, al menos, son capaces de interpretar la difícil partitura. Una puesta en escena muy particular que sorprende a propios y foráneos.