Se acercan las fiestas navideñas y el jamón ibérico es uno de los productos que acaban siempre en la mesa gracias, sobre todo, a su increíble sabor.
Estas navidades serán diferentes. Sin embargo, eso no significa que debamos prescindir de los manjares que solemos colocar en nuestra mesa en las celebraciones de nochebuena o fin de año. Unos productos que alegran nuestros estómagos, nuestros paladares y, en consecuencia, nos hacen más felices. Porque comer productos como el legado ibérico en buena compañía, hacen que las festividades se disfruten el doble.
Y es que el jamón ibérico es un producto muy español. Gracias a su sabor y propiedades, es posible combinarlos en prácticamente todo tipo de menús. Con dulce o salado, este alimento marca España es uno de los más deseados por los extranjeros.
Propiedades del jamón ibérico
El éxito del jamón de raza ibérica no reside solo en el sabor que comentábamos antes. Sus propiedades hacen de él un producto que va más allá de lo gourmet y afecta favorablemente, por ejemplo, al colesterol.
Abusar de él, como de cualquier otro producto, no es bueno. De hecho, lo recomendable es consumirlo entre 2 o 3 veces por semana. Incluso si sentimos pasión por este producto y acabamos de iniciar una dieta, podemos consumirlo. Eso sí, en cantidades algo más limitadas. Cada 100 gramos de jamón ibérico de bellota cuentan con 250Kcal, lo que significa que es compatible con dietas bajas en calorías.
Entre sus propiedades, destaca también su amplia cantidad de proteínas, minerales y vitaminas de todo tipo, como la B1, B6 o B12. También la vitamina E. Todo ello hace que se parezca mucho al aceite de oliva, ya que casi la mitad de sus grasas son insaturadas. Por lo tanto, desayunar tostadas con tomate y jamón ibérico, le pueden dar perfectamente a nuestro cuerpo toda la energía que necesita para superar el día.
Recetas con jamón ibérico
¿De qué nos sirve conocer un producto si no sabemos cómo combinarlo? Aquí os dejamos una serie de recetas de lo más variadas para incluir el jamón ibérico en vuestro día a día y cuidar, a través de la alimentación, el cuerpo.
Tortilla de patata rellena de queso de cabra, cebolla caramelizada y jamón ibérico en polvo. No hay plato más español que la tortilla de patata. Sin embargo, está bien modificar algunas recetas clásicas de vez en cuando para no aburrirnos. En los últimos años, han sido mucho los locales que han optado por dar su toque personal a este plato tan famoso tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Su elaboración, es sencilla. Tan solo necesitarás seguir los pasos básicos de la tortilla de patata, pero añadiendo algunas novedades. Antes de echar la patata con el huevo a la sartén, se añade un poco de queso de cabra, cebolla que habremos caramelizado previamente y el jamón ibérico. Este último, primero habrá que pasarlo por una picadora para que quede finito. Voilá! Ya tenemos una tortilla que marcará tendencia.
Ensalada de aguacate, jamón ibérico y granada. Es una muy buena opción para cenar, que cuenta además con el toque dulce de la granada. Para su elaboración tan solo necesitaremos medio aguacate cortado en daditos, unos brotes de lechuga, el jamón ibérico cortado en cachos pequeños y una granada. Todo ello aderezado con vinagre de modena.
Tostas de jamón ibérico y foie. Es un plato muy recurrente si tenemos invitados en casa y queremos hacer una especie de «montaditos». Fáciles de comer y de elaborar, tan solo tendrás que cortar el pan en trozos pequeños, poner una loncha de jamón y un cacho de foie encima. Eso sí, no te olvides de meterlo en el horno. Este último paso le dará el toque perfecto.
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