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De camping por el Parque Natural de la Sierra de Urbasa, en Navarra

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En la Comunidad Foral de Navarra, al oeste de la provincia y en el límite con Álava, el Parque Natural de la Sierra de Urbasa forma parte del sistema montañoso de Urbasa-Andía. Un extenso enclave natural y atractivo turístico dentro del espacio de Tierra Estella. Paisaje de altiplanos calizos, bosques de hayas y barrancos, como el Cañón del Urederra, donde nace el río del mismo nombre.

Fotografías: Luis Medina

Nacedero del río Urederra (Sierra de Urbasa)
Nacedero del río Urederra (Sierra de Urbasa)

Entre tantos otros puntos de interés se encuentran el Mirador de Ubaba, también conocido como Balcón de Pilatos, el Nacedero del Urederra y el Hayedo Encantado. Además, se conservan elementos de gran valor patrimonial como dólmenes prehistóricos, ermitas, simas, antiguos conventos y también leyendas. Por la zona se dispersan sus pintorescos y típicos núcleos rurales, como Baquedano, Zudaire o San Martín, desde los cuales también es posible iniciar atractivas visitas y rutas para senderistas y cicloturistas.

En este entorno, el camping es una de las opciones recomendadas para el alojamiento. Perfectamente acondicionados, con instalaciones expresamente habilitadas para el turismo familiar y de naturaleza, lo que facilita el acceso a los numerosos recorridos por la sierra.

Sierra de Urbasa: naturaleza en estado puro

Esta vasta meseta de hayedos, praderas y barrancos es también un territorio modelado por el agua, la piedra y el tiempo. Recorriéndolo con calma, es posible descubrir algunos de los paisajes más espectaculares del interior peninsular, donde, aunque parezca increíble, la naturaleza aún mantiene vivo su particular ritmo.

La formación geológica de Urbasa responde a un proceso de sedimentación marina del periodo cretácico, visible hoy en los estratos calizos que conforman sus característicos cortados y barrancos. A nivel hidrológico, la sierra actúa como una gran esponja que filtra las aguas hasta hacerlas emerger en nacederos como el del río Urederra, que brota a los pies del macizo y constituye uno de los principales atractivos naturales de la región.

Mirador de Ubaba / Balcón de Pilatos

Uno de los puntos de mayor interés dentro del Parque es el Mirador de Ubaba, más conocido como Balcón de Pilatos. Desde este precipicio natural, situado a más de novecientos metros de altitud, se avista una espectacular panorámica sobre el valle de Amescoa y la cuenca del río Urederra. El mirador se asoma a un acantilado de más de trescientos metros de altura, formado por la erosión milenaria del terreno calizo. Aunque el acceso hasta este punto es sencillo, conviene extremar las precauciones debido a la ausencia de barandillas o protecciones, especialmente en condiciones meteorológicas adversas.

Nacedero del río Urederra: paisaje de cuento

A escasa distancia del Mirador de Ubaba se encuentra uno de los enclaves más fotografiados de Navarra: el Nacedero del río Urederra. Este afluente del río Ega tiene su origen en una cascada de más de cien metros de altura, formada a partir del agua que se filtra por el macizo kárstico. La singularidad de este entorno radica en el color turquesa de sus aguas, resultado de la alta concentración de carbonatos y del efecto óptico producido por el lecho rocoso. El recorrido hasta el nacedero, de aproximadamente seis kilómetros entre ida y vuelta, está regulado mediante un sistema de acceso con reserva previa, con el fin de preservar el equilibrio ecológico de la zona.


El itinerario está perfectamente señalizado, con un desnivel moderado que lo hace accesible para la mayoría de los visitantes. El recorrido discurre por un sendero de tierra y pasarelas de madera, en paralelo al curso del río, y permite observar numerosos saltos de agua, pozas de color turquesa y formaciones calizas modeladas por la acción del agua. A lo largo del camino, existen varios puntos de observación habilitados desde los cuales se puede contemplar la riqueza natural del entorno, un espectáculo geológico sorprendente.

El Hayedo Encantado: naturaleza viva

En el interior del parque, el denominado Hayedo Encantado es una de las masas forestales mejor conservadas del norte de la Península. Este hayedo húmedo, cuya altitud oscila entre los ochocientos y mil metros, ofrece un microclima propio que favorece la proliferación de especies vegetales de carácter atlántico. El terreno, cubierto de musgo, rocas y raíces retorcidas, dota de un aspecto sorprendente al paisaje, que ha despertado el interés tanto de botánicos como de aficionados al senderismo. El acceso a esta zona se realiza mediante senderos señalizados, cuyo trazado permite una observación respetuosa del ecosistema sin alterar su equilibrio natural.


El recorrido es circular, de unos seis kilómetros y dificultad baja, ideal para disfrutar en familia. A medida que se avanza, las hayas centenarias se alzan como guardianes del silencio, cubiertas de musgo, líquenes y formas retorcidas que alimentan la imaginación del visitante. En días de niebla, el entorno adquiere un aire místico que ha dado lugar a numerosas leyendas locales. Durante el paseo, es común avistar corzos, jabalíes, ganado y una gran variedad de aves.

Se recomienda llevar calzado adecuado, especialmente en épocas de lluvia, ya que el terreno puede volverse resbaladizo. La mejor época para visitar el Hayedo Encantado es el otoño, cuando los tonos ocres, dorados y rojizos transforman el paisaje en una genuina obra de arte natural.

Baquedano: puerta de entrada al Nacedero del río Urederra

El caserío y los pueblos que rodean el parque desempeñan también un papel clave en la interpretación cultural del territorio. La localidad de Baquedano, en particular, es considerada la principal puerta de entrada al Nacedero del Urederra. Desde su núcleo urbano parte el camino habilitado que conduce hasta este enclave natural. Baquedano, además, ofrece servicios básicos para el visitante, incluyendo zonas de aparcamiento, información turística y restaurantes.

Junto a Baquedano, otros núcleos de población como Artaza, Barindano, Ecala, Gollano, San Martín, Zudaire y el caserío de Urra conservan el carácter tradicional de la arquitectura rural navarra. Estas localidades, de pequeña dimensión y economía ligada históricamente a la ganadería extensiva, mantienen una relación directa con el parque, que constituye no solo un recurso paisajístico, sino también un referente cultural y económico. En algunas de estas poblaciones es posible visitar centros de interpretación o participar en actividades de turismo activo organizadas por empresas locales.

Estella-Lizarra: donde el Camino de Santiago se encuentra con el Ega y los Bosques de Urbasa

Imprescindible también un paseo por las calles de Estella-Lizarra. A orillas del río Ega y en las inmediaciones del Parque Natural de la Sierra de Urbasa, Estella ha desempeñado un papel clave en el desarrollo del Camino de Santiago desde la Edad Media, una de las etapas destacadas de la ruta jacobea a su paso por el norte peninsular.

El trazado urbano de Estella conserva un importante legado arquitectónico de origen medieval, testimonio de su función como enclave estratégico en la ruta de peregrinación. Iglesias románicas, palacios del siglo XV y antiguos hospitales de peregrinos conforman un conjunto patrimonial que ha sido objeto de diversas actuaciones de conservación y puesta en valor. La integración de este entorno monumental con el paisaje natural que rodea a la ciudad refuerza su atractivo como destino turístico de interior, vinculado al turismo cultural, de naturaleza y de senderismo.

Las leyendas de la Sierra de Urbasa

Entre las leyendas más conocidas se encuentra la de Mari, figura central de la mitología vasca, que según las creencias habita en diversas montañas del País Vasco y Navarra, incluida la Sierra de Urbasa. Se la representa como una deidad femenina asociada a la naturaleza, capaz de controlar fenómenos meteorológicos, y cuyo carácter, ni benevolente ni maligno, depende del respeto que los humanos muestren hacia el entorno natural. La Cueva de Mari, ubicada en el entorno de la sierra, es uno de los puntos tradicionalmente vinculados a su presencia.

Otra leyenda relevante es la del Basajaun, ser mitológico que habita en la profundidad de los bosques y actúa como guardián de los secretos del monte. Según la tradición, protege a los rebaños y enseña a los pastores conocimientos prácticos sobre agricultura y herrería. Su figura está especialmente vinculada al modo de vida pastoril que durante siglos caracterizó a las comunidades rurales del entorno de Urbasa.

También destacan las historias que giran en torno a enclaves como el Balcón de Pilatos. Según la leyenda, se lanzaban a quienes eran perseguidos por la justicia o deseaban expiar sus culpas, así como relatos relacionados con lamias (o lamiak), seres mitológicos femeninos que habitan ríos y fuentes, y que forman parte de las tradiciones en distintas zonas del norte peninsular.

Estas leyendas, aunque no cuentan con documentación escrita anterior a los estudios etnográficos del siglo XIX, siguen vivas en la tradición oral de la zona y forman parte del legado cultural de la Sierra de Urbasa, contribuyendo a enriquecer su valor como destino turístico con identidad propia.

Gastronomía

La gastronomía de la Sierra de Urbasa representa un ejemplo claro de preservación de la identidad culinaria navarra, donde la tradición agroganadera y el respeto por el producto local son sus principales señas de identidad. En sus pueblos, la cocina conserva un marcado carácter estacional, basada en productos de proximidad y elaboraciones que han perdurado durante generaciones.

Las especialidades gastronómicas de la Sierra de Urbasa se centran en las carnes de ganado criado en régimen extensivo, en particular la ternera de Navarra, muy presente en guisos, asados y parrillas. El cordero lechal, por su parte, también ocupa un lugar destacado, generalmente asado al horno de leña. Los embutidos artesanos, como el chorizo y la morcilla, elaborados en matanzas domésticas, forman parte de la despensa habitual de la zona. Los quesos, especialmente los de oveja latxa, producidos en queserías locales, gozan de reconocimiento dentro y fuera de Navarra.

Los pueblos de la sierra, como Zudaire, Baquedano, Larraona o Eulate, tienen establecimientos que ofrecen cocina tradicional navarra. En estos restaurantes se pueden degustar platos elaborados con hongos y setas recogidos en los hayedos y robledales de la zona, además de productos silvestres como espárragos trigueros, borraja o cardo, según la temporada. La trucha de río también forma parte de algunas cartas, aunque con una presencia más limitada debido a las restricciones ambientales.

En cuanto a los lugares donde comer, existen restaurantes y casas rurales con servicio de restauración que mantienen la cocina local como eje principal de su oferta. La mayoría de estos establecimientos están ubicados en los núcleos rurales de los valles de Améscoa y la Sakana, ofreciendo menús basados en la cocina casera, con productos de kilómetro cero. Asimismo, algunos caseríos habilitados para el turismo rural elaboran sus propios embutidos y quesos, integrando estos productos en la experiencia gastronómica del visitante.

Dónde dormir

Camping Urbasa. El camping está situado en el corazón de Urbasa, reserva de la biosfera, en el hayedo altiplano más extenso de Europa. Los bungalows son cabañas de madera de dos alturas dotadas con televisión, calefacción y menaje de cocina. El Camping de Urbasa tiene 14 bungalows de 4 a 8 plazas, zona de acampada, zona de caravanas, habitaciones múltiples, bar, restaurante, wifi gratis y centro BTT. Tel.: 948 395 223.


Camping Artaza Urederra. Construido artesanalmente en madera de alerce, un lugar con un encanto especial, en plena naturaleza. Rodeados de magia, encinares y hayedos, en un entorno privilegiado, junto al Parque Natural de Urbasa y el Nacedero del Rio Urederra. Ideal para la desconexión, con alojamientos sin wifi y sin televisión. Dispone de dos saunas finlandesas y una bañera de agua caliente exterior. Tel.: 646 957 225.

Con la colaboración para la realización del reportaje y agradecimientos a la Asociación de Campings de Navarra. Esta asociación recoge los dieciocho campings más destacados de Navarra. Desde los valles pirenaicos hasta La Ribera pasando por Tierra Estella o Urbasa. Las mejores instalaciones, servicios y experiencias turísticas para disfrutar de Navarra en familia. Bungalows, mobil-homes, albergues o espectaculares espacios para la acampada libre. Disfruta de las mejores rutas cicloturistas desde nuestros campings. Rutas de carretera, gravel o MTB para sacarle el mejor partido a tu visita a Navarra en pleno contacto con la naturaleza. Distintas distancias, desniveles y dificultades.

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