Comenzar la vida adulta es un acontecimiento importante en la vida de todo el mundo. En este periodo, los jóvenes se dan cuenta de lo que cuesta ganar dinero para cubrir sus necesidades y cuáles son los costes de vida reales. Entonces, la ayuda de los padres puede ser extremadamente valiosa. ¿Cómo ayudar a un hijo que entra en la vida adulta?
Que tome sus propias decisiones
Un gran error de muchos padres es tomar decisiones por sus hijos adultos. Son ellos los que deben elegir universidad, trabajo o lugar de residencia. Son cuestiones que influyen enormemente en el resto de su vida, por lo que deben meditarlas bien y tomar decisiones personales. A menudo, los padres quieren que sus hijos tengan profesiones prestigiosas, como abogado o médico. Sin embargo, si tu hijo es un apasionado de la mecánica y tu hija de la cosmética, debéis aceptar sus decisiones y permitirles que elijan la carrera que más les guste. Decidir por los hijos nunca lleva a buen puerto y es la forma más rápida de debilitar el vínculo que se había formado durante años.
¿Cómo comprar un coche para tu hijo?
Después de cumplir los 18 años, muchos jóvenes quieren tener su propio coche. Sin embargo, es un coste muy elevado que suele recaer sobre los padres. En muchos casos, los padres no pueden permitirse ese gasto y recurren a un préstamo de dinero, una opción muy útil. No obstante, hay que pensarse bien si este gasto es razonable. Si el coche le va a servir para ir a entrenar o trabajar, por supuesto es razonable. Pero si solo es un capricho para que farde delante de sus amigos o se lleve de paseo a la novia o el novio, este gasto no tiene sentido. Un coche cuesta mucho. Más allá de los costes básicos, hay que asegurarlo, repostar gasolina y gastar en reparaciones de vez en cuando. Si el joven no trabaja, todos los gastos recaerán en los padres y pueden suponer una carga importante para el presupuesto doméstico. Recomendamos convencer a vuestro hijo o hija de compartir los gastos de mantenimiento. Esto le enseñará a asumir responsabilidad por sus decisiones.
Un piso para tu hijo
Nada más obtener su primer empleo, muchos hijos quieren irse de casa de sus padres y alquilar un piso por su cuenta. A menudo, esto supone un coste demasiado alto para sus bolsillos. Lo más sensato sería quedarse unos añitos más en la casa familiar y ahorrar para comprar un piso o una casa. Si tu hijo o hija trabaja, puede colaborar para pagar las facturas y las compras habituales, e invertir lo que le sobre. Después de unos años, lo que haya ahorrado le servirá de sobra para poner la entrada.
Invertir en educación
Otro buen movimiento por parte de los padres es invertir en la educación de sus hijos. Los cursos de idiomas y las formaciones que enseñan habilidades prácticas son especialmente útiles. Por ejemplo, un curso de manicura o cosmética puede dar en el clavo. Después de esta formación, tu hija podrá abrir un salón de belleza o hacer trabajillos extra de vez en cuando en este sector. En el caso de los hombres, los cursos de fotografía u operario de montacargas son opciones maravillosas. No cabe duda de que estos cursos acabarán saliendo rentables en poco tiempo.