¿Te imaginas subir al coche y disfrutar de una escapada familiar por Europa? Lánzate a la aventura y vive una experiencia inolvidable rodeado de los tuyos.
Se acerca la época de Navidad y ya son muchos los que buscan disfrutar de unas vacaciones diferentes. Podríamos decir que quedarse en casa y organizar una cena elegante ya está pasado de moda. Por eso, muchos optan por coger el coche y aventurarse a descubrir los rincones más bellos de Europa.
El primer paso para ello consiste en planificar el viaje. Hay que saber qué ciudades visitar, cuánto tiempo pasaremos en ellas y, por supuesto, el orden en que las veremos. Asimismo, es importante comprobar el estado del vehículo en el que viajaremos.
Ruta por Europa
Una de las rutas más demandadas es aquella que incluye las capitales más destacadas de Europa. Bien es cierto que se trata de un viaje que incluye tan solo cuatro ciudades, pero necesitarás un mínimo de tres días para descubrir cada una.
La ruta que hemos elaborado comienza en París. Esta es una de las ciudades más visitadas no solo de Europa, sino también del mundo. Conocida como la ciudad de la luz, desborda cultura y buen gusto allá donde mires. Entre los monumentos que no te puedes perder se encuentra la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, la Catedral de Notre Dame. Además, no puedes dejar escapar la oportunidad de ver un espectáculo en Moulin Rouge.
Bruselas es la segunda parada en nuestra ruta en coche. La capital de Bélgica será, casi con total seguridad, el lugar favorito de los más pequeños. Pero también de los mayores. Comer chocolate y beber cerveza es un plan obligado en esta ciudad en la que necesitarás pasar varios días para descubrirla. El Atomium o el Parlamento Europeo son lugares que os recomendamos no os perdáis.
Seguimos nuestra aventura por Ámsterdam. Aquí también deberíais pasar un par de días. Bicicletas por todos lados, canales y mucha diversión en una de las ciudades más jóvenes de Europa. También llena de cultura, esconde el Museo Van Gogh, la casa de Ana Frank o el Mercado de las Flores.
Por último, aparcamos el coche en Berlín y disfrutamos de una cena en la ciudad. De nuevo, llena de historia. Esta vez la de una guerra y un muro que separó a la población durante 28 años. Prueba de ello es el mismo Muro de Berlín, ubicado en East Side Gallery. Si quieres, puedes visitar también el campo de concentración de Sachsenhausen, situado a las afueras de al capital alemana.
Prepara el coche para viajar por Europa
A la hora de realizar en coche un viaje tan largo como el que presentábamos anteriormente, es muy importante seguir las indicaciones que se nos dan cuando vamos al volante para no sufrir ningún tipo de imprevisto durante nuestras vacaciones.
Lo primero que hay que tener a la hora de realizar viajes largos es la fatiga. Para evitar cansarnos es exceso es importante parar para dos horas a estirar las piernas y beber algo con azúcar. Asimismo, si son varios los conductores que viajan podéis turnaros cada cierto tiempo.
Pero esto no es todo. Ninguna seguridad al volante es completa si, antes del viaje, no te has tomado un tiempo para realizar la puesta a punto del coche. Su mantenimiento es tan importante como que tú pares a descansar.
Puesta a punto antes del viaje
Antes de comenzar nuestra aventura, es importante revisar los siguientes puntos para comprobar que el coche está en perfectas condiciones y puede realizar un viaje tan costoso.
Neumáticos. Aunque pensemos que están bien solo con echarles un vistazo, es recomendable prestar atención al estado de la banda de rodadura. Además, un recorrido tan largo como un viaje por Europa puede desgastarlos mucho. No bastará con mirar su estado solo antes de salir. Hay que hacerlo constantemente.
Frenos. Mirar cómo se encuentran las pastillas y el nivel de líquido. Si esto está controlado no habrá ningún problema.
Niveles de aceite. Muchas veces pasamos por alto esto. Creemos que si el coche se mueve y no hace ruidos extraños significa que está bien. Pero no tiene por qué ser siempre así. A la hora de realizar grandes viajes, el motor se somete a un estrés mucho mayor. Por este motivo, necesita de la lubricación adecuada y un enfriamiento regular.
Suspensión. En este caso, es fácil percibir cuándo no funciona adecuadamente. Se percibe como algo más dura de lo normal y, a la hora de los baches, no los encaja tan bien como debería. En definitiva, es como ir montado en un barco.
Luces. En un recorrido como este hay infinidad de posibilidades de que nos veamos obligados a conducir de noche, aunque es preferible evitarlo. Para ello es importante que las lunes funcionen adecuadamente. Así evitaremos cualquier tipo de choque.
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