Barranquismo, rafting, espeleología o piragüismo en un entorno sorprendente por su paisaje, fauna y flora en el centro de la península. Así es la Serranía de Cuenca.
Muy cerca de Madrid, a menos de dos horas de viaje, y a 20 minutos de Cuenca, podemos adentrarnos en parajes insospechados. Aquí, la llanura de la meseta se diluye para adentrarnos en pinares abruptos por donde el río Júcar va buscando su camino. Mientras, en lo alto de la roca caliza, los buitres planean dibujando su silueta en las aguas cristalinas.
El Júcar comienza a serpentear por este Barranco de Villalba, abriéndose paso entre pinos, sabinas y tilos. Espacios que parecen imposibles de flanquear pero que, gracias a los expertos monitores y a los trajes de neopreno, se van mostrando a los ojos del aventurero experto o aficionado como un paraíso desconocido y cercano al alcance de todos.
En este lugar es donde los deportes de aventura cobran protagonismo. Barranquismo, espeleología o rafting son los reyes. Disfrutarlos en este paraje un privilegio.
El Club de Turismo Activo de Castilla-La Mancha ha creado el Primer Plan de Calidad, auspiciado por el Instituto de Promoción Turística de Castilla-La Mancha. Lo hace para englobar a Asociaciones de Ecoturismo y Aventura y dar a conocer las numerosas actividades que se pueden realizar en una zona tan diversa como es esta región.
El barranco de Villalba y sus cortados
Nuestra aventura en Cuenca está relacionada con el agua. Descenso de barrancos, que gracias a los trajes de neopreno se puede realizar durante casi todo el año.
Uno de los lugares predilectos para la mayoría de las empresas de Turismo Activo es la del Barranco de Villalba. Su belleza, tanto de fauna y flora como su bajo nivel de dificultad, apto para todos los públicos, hacen de este lugar un paraíso cercano.
Con el traje de neopreno enfundado, a pesar de los 27 º C que nos brinda un mes de mayo loco, nos subimos a los todoterrenos que nos acercan hacia el lugar elegido para realizar el descenso. Antes de llegar a la orilla, tendremos que atravesar uno de los túneles que escavó la empresa hidroeléctrica. Un desnivel de 170 metros.
La Ruta de los Cortados, que bordea todo el barranco de Villalba, debe su nombre a los cortes que el agua ha realizado con el paso de los años en la roca caliza.
Comenzamos el descenso por un lugar inaccesible si no es dejándose llevar por la corriente. Durante el recorrido por una profunda garganta, flanqueados por paredes de roca caliza, nos sorprenderán toboganes, saltos y cascadas.
El final de nuestra aventura termina en la poza del Tranco. Las pozas son piscinas naturales que en este tramo alcanzan los 15 metros de profundidad. Desde lo alto del roca, rodeados de vegetación nos queda el último salto. Soltar adrenalina es nuestro objetivo.
Descenso en piragua por la Serranía de Cuenca
Otro aliciente que nos presenta Cuenca y su Turismo Activo es su afición al piragüismo. El río Júcar nos permite practicar este deporte todo el año. En kayak autovaciables o en piraguas aprenderemos el manejo mediante juegos y dinámicas divertidas y algún que otro chapuzón. Eso sí, obligatorio para la travesía casco y chaleco salvavidas.
Para los más expertos o arriesgados también se puede practicar por aguas bravas, bien por El Júcar o el Guadiela. Descender varios kilómetros sorteando saltos, rápidos y rocas hasta llegar a aguas tranquilas donde poder bañarse o relajarse con discurrir del río. Con familia y amigos disfrutaremos de esta actividad tan divertida como relajante.
Cuenca, la ciudad mágica
Después de un día activo e incomparable por el río, el mejor punto por cercanía para el campamento base es Cuenca. Su parte antigua parece nacer de las propias rocas. De noche, iluminadas las hoces, la luz nos recrea un escenario de leyendas e historias encantadas.
La naturaleza y la arquitectura se integran en un todo, dando una sensación de equilibrio y magia. Ciudad Patrimonio de la Humanidad, declarada por la UNESCO en 1996, Cuenca fusiona su entorno natural con su fortaleza medieval.
La oferta cultural, muy extensa para ser una pequeña ciudad de provincias, amplía el atractivo de la ciudad con sus museos. Para los más pequeños, no perderse El Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha.
El Museo de Arte Abstracto, situado en las Casa Colgadas, encierra obras de los más representativos artistas del Movimiento Abstracto Español del Siglo XX: Torner su precursor, Saura y Rueda, sus hijos predilectos, Chillida y Tàpies entre otros.
La Fundación Antonio Pérez, en el antiguo Convento de las Carmelitas, La Fundación Antonio Saura o el Museo Diocesano son algunas visitas imprescindibles para cualquier visitante amante del arte.
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