Esta ley, también conocida en Alemania como Reinheitsgebot, establece las normas más duras a la hora de elaborar cerveza.
Utilizada con arma de marketing principalmente por los alemanes, la ley de pureza de la cerveza lleva más de 500 años marcando las normas más estrictas que rigen una buena elaboración de esta bebida.
La industria cervecera alemana lo intenta llevar a rajatabla desde sus inicios. Es probable que, por ello, esté considerado como uno de los 10 mejores países en cuanto a la elaboración de una de las bebidas más consumidas en todo el mundo. De hecho, tienen hasta un día para honrarla… el 23 de abril.
¿Es realmente útil esta ley?
Aunque muchos alemanes consideran la Ley de pureza de la cerveza como parte de su identidad cultural, no todos confían en esta normativa. De hecho, fuera de sus fronteras, aún lo hacen menos. El tener que adaptarse a una serie de medidas como que la cerveza solo esté hecha a base de cebada, lúpulo, agua y levadura, puede generar ciertos problemas a la hora de querer dar paso a la imaginación y crear una cerveza completamente diferente.
Para algunos profesionales del sector, esta ley es un desastre en sí mismo. Que el producto final de cada una de las empresas cerveceras alemanas tenga que realizarse siguiendo las mismas pautas, hace que la competencia entre las diferentes compañías sea, incluso, aburrida. No hay ingredientes secretos o sorprendentes sabores revolucionarios, solo las clásicas cervezas (dentro de sus «modelos»), por muy ricas que estén, sobre todo, las cervezas alemanas.
Tipos de cervezas alemanas
Que haya una ley que regule la pureza de la cerveza alemana, no significa que no haya pequeños vacíos legales que permitan a los empresarios del sector diferenciarse del resto. Por ejemplo, hay quien le da otro nombre. Porque, al quitar la palabra cerveza, técnicamente ya no tienes que cumplir la normativa. Otros, en cambio, optan por producir «cerveza blanca», que añade otros ingredientes como el cilantro.
A pesar de ello, muchos alemanes prefieren aferrarse a la tradición cervecera que dicta la ley. Sobre todo la región de Baviera. Sede de la mitad de las fábricas de cerveza alemana, la zona ha sido testigo de como, a lo largo de los años, diferentes productores hacían con dedicación esta bebida, para muchos, exquisita. De esta zona, llama la atención el Monasterio de Weltenberg, donde los monjes continúan, a día de hoy, con su tradicional forma de elaborar cerveza.
Pero no nos vamos a enrollar más, y os vamos a mostrar una serie de cervezas típicas de Alemania, no vaya a ser que vayáis a hacer turismo y os quedéis sin probar algunas de las más deseadas, no solo por extranjeros, sino también por los propios alemanes.
Weissbier. Esta cerveza blanca es típica de Munich. Lo que tiene de especial es que le añaden un alto porcentaje de malta de trigo para obtener ese color como resultado. Contiene un 5% de alcohol.
Berliner Weisse. Con un nombre parecido al anterior, probablemente porque también es blanca, su contenido de alcohol es ligeramente inferior: del 2,8%. Típica de Berlín, se recomienda tomar con un chorro de jarabe de aspérula.
Gose. De tonalidades ácidas debido a que se usan bacterias lácticas en su elaboración, su sabor es también algo salado porque usan agua en la receta.
Schwarzbier. Este nombre impronunciable es el de la conocida cerveza negra, muy popular en las regiones de Turingia y Sajonia. De fermentación baja, su color se debe al tueste. Para quien no sea un gran amante de la cerveza, es interesante saber que esta, aunque a primera vista no lo parezca, es más suave y menos amarga.
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Esta ley hoy en día carece de sentido y queda como algo curioso, de hecho la propia ley es una norma restrictiva interesada que poco tenía que ver con el interés del productor y consumidor entrando mas bien en temas políticos y de monopolios.